Educación sin Dirección
Me desconcierta la inmensa cantidad de dinero que se gasta en la educación oficial venezolana y que aún no existan mecanismos que permitan determinar si el uso de estos recursos genera los resultados esperados...
Feliz Año 2012. Como todo ser racional deseo que este sea un año que nos proporcione mucho bienestar físico, una alta dosís de equilibrio emocional y las oportunidades para que seamos felices en unión a nuestros seres queridos.
En muchas ocasiones he sentido la tentación de sentarme a escribir. Leo frecuentemente y consigo mucho gozo en esta acción, al poder asomarme a mundos ajenos, a experiencias no vividas, a formas de vida diferentes. Escribir, por el contrario, ofrece la oportunidad de dejar a otros conocer nuestra historia almacenada en las neuronas, nuestro ensamblaje interno, el canal que recorre nuestros pensamientos para llevarnos a tomar una decisión y por ende a actuar, a establecer vínculos fugaces, duraderos o permanentes con nuestros semejantes. Escribir, nos permite repasar nuestras convicciones para poder expresarlas. Nos desafia, asimismo, a buscar y a encontrar en la riqueza de nuestra lengua los mátices apropiados para describir, narrar, ilusionar o, simplemente, informar algun acontecimiento.
Al editor de este diario, Marcos Emiro Velazco, le doy las gracias por haberme invitado un día, hace mucho tiempo ya, a hacerlo. Me solidarizo con su labor y doy méritos a ese gran esfuerzo que hace para mantener este pequeño diario en circulación en nuestros poblados donde la bebida, el juego, la inconciencia y hasta el vivir sin sentido, prueban tener mayores espacios. Voy a mi reflexión de hoy entonces, felicitando, de antemano, a cada docente que deja su vida en las aulas, tratando de aportar una fibra para construir el tejido social de nuestro país.
Si hay algo que capta poderosamente mi atención por estar imbuido en ello, es el tema educativo. Naturalmente, cuando se está en algo con todos lo sentidos, cada elemento o variable que incide en lo que hacemos, debe ser cuidadosamente observado.
Me desconcierta la inmensa cantidad de dinero que se gasta (no se invierte, pues toda inversión persigue un retorno, bien sea, material, social o cultural) en la educación oficial venezolana y que aún no existan mecanismos que permitan determinar si el uso de estos recursos genera los resultados esperados. Bueno, a decir verdad, todos sabemos donde anda la calidad de nuestra educación, al compararla con la de otras naciones.
No se cómo logra alguien llegar a su destino, o consigue una meta, sin saber claramente hacía donde debe dirigir sus conocimientos, recursos, tiempo y energía. Nadie podría arribar a Mérida sin saber cual es la carretera que debe tomar o si no tiene un mapa que le guíe. No creo que alguien podría cultivar plátanos sin conocer la planta, o si pretendiere hacerlo en un ambiente inadecuado para ese cultivo. ¿Quien podría leer un libro si no sabe el alfabeto? Pues bien, esa es la mayor tragedia que atraviesa nuestro Educación Primaria y Secundaria. De los miles de docentes que laboran en la educación oficial venezolana sólo un puñado ha sido dotado con los programas de educación del Ministerio de Educación, es decir, por no tenerlos, no conocen a ciencia cierta cuales son los aprendizajes que los especialistas planificadores esperan que los niños y jóvenes hayan consolidado al egresar de esas etapas de la educación. Lo que es peor, algunas editoriales los imprimían en algunos de los textos (de los cuales los docentes recibían muestras de cortesía) que producían, como una política de mercadeo inteligente, pero con la prohibición por parte del propio Ministerio de que se le exijan útiles a los alumnos, creo que entendemos, entonces, porque ahora las nuevas generaciones no son capaces de probar ser eficientes en tareas tan sencillas como escribir correctamente o leer, entendiendo lo que han leído.
¿Cómo digerir que los programas vigentes (los actuales son los bolivarianos, que aún no se aplican) tienen un eje transversal llamado DESARROLLO DEL PENSAMIENTO LÓGICO? ¿Será que por no entender los docentes que es un eje transversal y, menos, que es el desarrollo del pensamiento lógico, lo eliminaron? Craso error!
El simplismo que impera en nuestras escuelas es una causa directa de: falta de recursos pedagógicos por un lado (programas, textos, computadores, videos, música etc), inexistencia de una supervisión y/o acompañamiento al docente en el aula y ausencia de instrumentos de medición que determinen los logros y fallas del sistema aplicados de manera regular, cada año. La infraestructura y la remuneración no pueden dejarse a un lado, pero en lo que a la calidad del proceso se refiere, no son determinantes. Los grandes maestros que ha tenido nuestro pueblo generaban una educación de calidad aún cuando dictaron clases, muchas veces, bajo un árbol y en meses no les había llegado pago. Hoy, como contraste, tenemos escuelas y liceos arquitectonicamente aventajados, con docentes medianamente remunerados en una sociedad en la que nadie está bien pagado, y la calidad del egresado es vergonzosa.
Se ha vuelto común que a niños de un cierto grado, digamos quinto, le piden libros de tercero, porque "no puede" con los del grado que cursa y así sale de Sexto y el docente tan sólo trabajó con los contenidos programáticos de tercero o cuarto. Es obvio, entonces, que el 7mo. Grado sea el grado con la mayor repitencia y deserción escolar en el país y que los jóvenes con tan marginal preparación abandonan definitivamente el sistema escolar en 9no. Grado. En el caso de Secundaria la ausencia de profesores en algunas materias hace que el estudiante apruebe el año sin haber visto ningún contenido de las mismas haciendo precaria su habilidad para obtener un cupo en la Educación Superior.
La satanización que le hicieron a la Prueba de Aptitud Académica para eliminarla y poder crear las misiones tuvo como justificación que más del 98% de quienes la aprobaban y podían ingresar a la Educación Superior venían de la educación privada. Así, se evadía el único control de calidad que tiene el sistema educativo venezolano y no se enfrentaban al monstruo que habían formado. A esta prueba, un año le eliminaban la sección de sinónimos y antónimos, al siguiente, las ecuaciones o los problemas de geometría, y así, sucesivamente para dar más oportunidades a los desamparados muchachos de los planteles oficiales, pero aún con todas las mutilaciones que le hacían fue inutil, porque no se atacaba la raíz del problema que es velar en el día a día lo que ocurre en las aulas de las escuelas y liceos venezolanas y los resultados, cada año, eran más desoladores.
Los cambios que generarán una educación de calidad con standares internacionales sólo se darán cuando la escuela o el liceo del barrio, de la urbanización, del campo, de la frontera, pueda tener una Dirección autónoma y administrar sus propios recursos, disponer de su propio personal basado en el diagnóstico realizado por la comunidad a la que sirve, con la asesoría de funcionarios del Ministerio con una formación en Gerencia Educativa, tanto en lo docente, como en lo administrativo.Una escuela o liceo que pueda ingresar personal por concursos abiertos de oposición, elegir sus directivos democraticamente con los miembros de su comunidad, y no, como hasta ahora, designados por el gobierno de turno, despedir a quien no sabe ni cumple, abastecerse de los materiales de trabajo que requiere para brindar una buena formación educativa, amplíar su infraestructura o mantener operativa la que le dan, tener como lema la innovación, invertir en nuevas tecnologías, hacer soñar a sus alumnos, actualizar su personal, y la que, por supuesto, ponga en primer lugar lo humano, para hacer ciudadanos sensibles y visionarios que ayuden a tener un país de hombres y mujeres felices y plenamente realizados.
¿Cúantos voluntarios hay?